Con el tiempo se adquieren hábitos alimentarios basados en una alimentación incoherente con nuestra fisiología basada en productos ultraprocesados y no alimentos. A todo esto puede unirse falta de actividad física, disbiosis intestinal, deficiencias nutricionales, mal descanso etc, lo cual hace que nuestro cuerpo se adapte a esta situación mediante la acumulación excesiva de grasa corporal.
Además pueden desarrollarse otras alteraciones asociadas a estos hábitos, que podremos revertir, como hígado graso, diabetes 2, hipertensión, colesterol, triglicéridos o ácido úrico.
Para tratar todo ello, tendrás un plan bien organizado basado en alimentos corrientes y accesibles, que te llenarán de energía y te alejarán de la dependencia a la comida, disminuyendo tu ansiedad por comer productos insanos, sin dietas restrictivas crónicas que desgastan tu salud. Enseñaremos a tu cuerpo a utilizar tu grasa como fuente de energía.